Marina comienza a llorar sentada en el inodoro, tres horas después, sale a dar una vuelta al parque, usa un abrigo de piel blanco, que combina con un vestido negro y un collar de perla, y accesorios simple, ve a una chica llevar a una anciana ensilla de ruedas, se queda fijamente observándola, recibe una llamada de Manuel y se asusta; –¡Dios! Que susto, –Nena ¿Qué pensaste? –Está bien Manuel tu ganas, –Sabia que entrarías en razón, te compre un boleto de avión, Marina sorprendía y molesta, le reprocha; –Me compraste un boleto de avión Ernant Manuel, –Adiós cariño, chao, te amo; cuelga la llamada rápidamente; –Dios mío dame paciencia.
Marina llega a Santo Domingo, con bulto ligero, alquila un vehículo de lujo, sin decirle a nadie que está en el país, se dirige hacia el bario de Enriques, la madre de Enrique se alegra de verla, pero le hace saber que ya no vive con ella, Marina siente que ella le está ocultando algo y pregunta; –¿Está todo bien con Enriques? –Sera mejor que usted misma hable con él; responde la madre con el semblante triste; –A veces siento que vivo en una película de suspenso e intriga, donde todo el mundo me dice las cosas a media, ¿y me puede decir dónde encontrarlo? La madre le pasa la dirección y luego le dice; –Dígale que lo extraño mucho, que quiero saber de él; Marina siente un mal presentimiento, pero decidida, emprende el camino hacia la casa materna en el campo.
Después de 3 horas de recorrido llega al campo, «y preguntando pudo llegar a roma»; en la casa la recibe la abuela de Enriques, los pueblerinos se quedan sorprendidos al ver a Marina como brilla bajo la luz del sol; –¿Cómo se encuentra mi doña? –Ya usted ve la muestra; responde la doña de edad avanzada; –Mi nombre es Marina, y estoy buscando a Enriques Alejandro, –¿Y qué hace un ángel como usted procurando a un malcriao mal genioso de Enriques? –Ya me está cayendo bien mi doñita, soy una amiga de la ciudad, –Increíble que alguien quiera ser amigo de esta bestia mal habla, Miguelito; vocea la doña, a lo que rápidamente responde Miguelito con su presencia; –Dígame guela, –Dile al mozo que lo buscan, –Ahora mismo; Miguelito sale disparado, guayando el suelo con los pies descalzo; Marina y la abuela se sientan en el patio, que está lleno de gallina, chivos y puercos.
Miguelito llega al llano, ve a Enriques con ropa de conuco cortando pasto; –¡Enrique! ¡Enrique! ¡Enrique!, –Miguelito pero que vaina e y esa voceadera, –Te busca una mujer de novela; le dice Miguelito agitado; –¿Cómo una mujer de novela? –Sí, de las que salen en la televisión; Enriques termina de cortar el pasto, se lo coloca en el hombro y sale hacia la casa.
Marina y la abuela están platicado, Enriques y Miguelito llegan por detrás, Marina ve a Enriques, se queda pasmada, Enriques se detiene de golpe; –¡Marina! –¡Enriques! La abuela se levanta de la silla y se lleva a Miguelito, Enriques coloca el pasto en el suelo y comienza a darle de comer a los chivos; –¿Qué haces aquí Marina?; Marina impactada por el deterioro de Enriques, se limita a pregunta; –¿Qué te ha pasado Enriques? –No a todos la vida nos ha tratado también, dice Enriques mientras ve lo elegante que está Marina: –Pero eras bueno con las matemáticas, tenias un futuro brillante, –¿A qué demonio viniste?; Vuelve a preguntar Enriques pero esta vez encolerizado; –Me voy a casar con Manuel, –¿Y que tu pretende que yo haga? Marina se le acerca y con voz melancólica le pregunta; –¿Por qué me tratas así Enriques, que fue lo que te hice tan grave?; Enriques se queda callado y continua dándole de comer a los chivos, Marina continua; –Terminaste conmigo de la noche a la mañana, sin decirme nada, me bloqueaste de todos lados, no supe nada, y hasta ahora no sé qué fue lo que te hice, –Marina, tu quieres que te diga la verdad, –Si quiero, por favor dímela Enriques, –Me harte de tu familia, me harte de verte a escondida, en realidad tu pensaste que te iban a dejar estar con un tipo de barrio, Marina por favor, tu papa le pagaba a la policía paraqué me hagan la vida imposible, –Yo no sabía Enriques, y cuando lo supe les deje de hablar a todos, yo estaba dispuesta a irme contigo, –¿Para donde, debajo del puente? –Increíblemente te volviste un patán Enriques, aun conservo todas tus putas cartas, donde me prometías amor verdadero, lo recuerdas; Enriques entra a la casa, y sale con una carta en la mano; –Nunca lo planee, te escribí esta carta, donde te explicaba todo, pero no hubo forma de darte, léela, pero después que te cases, se feliz Marina, en el pasado ya no hay nada para ti, –Sabes Enriques, a pesar de todo, vine dispuesta a quedarme, lo que le estás haciendo no es justo, pero sabes qué, allá me espera alguien que si está dispuesto a darlo todo por mí, vine solamente a eso, ni siquiera te alegraste de verme, pero sabes qué, muere Enriques; Marina le arrebata la carta de la mano y se va, se monta en su vehículo y sale guayando, la abuela sale y se le acerca a Enriques; –Hijo y porque no le dijiste la verdad, –La conozco abuela, si se la digo no se va, ademas no es usted la que dice siempre que las flores deben estar donde el sol las haga brillar, Marina es buena persona, se merece ser feliz, –Pobre ángel, está enamorada de ti Enriques y no sabe como librarse de eso; recita la abuela mientras Enriques entra a la casa.
Marina llega a la mansión de su familia, todos se alegran, le cuenta a todos de su casamiento con Manuel, y entre llanto pudo arreglar las cosas con su madre y su padre, fiesta porque la hija prodiga había vuelto, cuando todo volvió a la normalidad, Manuel le propone a Marina que la boda sea en Santo Domingo para que todos sus familia puedan ir, Marina acepto y con un hermoso vestido blanco fue al altar, no sin antes ser cuestionada por su madre sobre su seguridad de casarse; –Madre no siempre se encuentra un hombre de verdad que esté dispuesto a todo por ti; la madre dudosa, la felicita por haber alcanzado la madurez.
Con un Si y un Beso sellaron su amor, la luna de miel fue pagada por el padre de Marina en una isla paradisiaca solamente para ellos dos.
Yace en la isla tres días después, una noche estrellada, Enriques busca a su amada en toda la isla montado a caballo, la ve a lo lejos en la orilla de la playa, vestida de blanco, con un sobre blanco en las manos, llega por su espalda y con un fuerte abrazo la sorprende, nota que no ha abierto el sobre; –¿Cuándo piensas abrir la carta?; Le pregunta Manuel curiosamente, –¡¿Sabes?!, es increíble que teniéndote, haya tenía el valor de ir detrás de él, sino tuvo el valor de decírmelo en mi cara, no me interesa saber, –Mi humilde opinión es que la leas, hay cosas que por más que queramos no se puede decir de boca, hay que escribirlas: dice Manuel mientras la besa en el hombro; –A la mierda con todo; Marina toma un encendedor y quema el sobre sin abrir, un pedazo de la carta vuela en llamas mar adentro hasta caer en el agua, después de apagarse, se puede leer; –“Me diagnosticaron cáncer, no supe como decírtelo, no supe que hacer, comportarme como un idiota fue la mejor idea que se me ocurrió, todo se me vino abajo, pero en cambio tu, naciste para brillar, siempre te ame y eso ni la muerte lo cambiara”.
Fin.
Autor: Quetzalcohauatl